Al ver que no avanzaba prácticamente nada en la pintura, en octubre empecé a recibir clases en el taller-estudio del maestro Olegario Úbeda.
Empecé desde cero. Quería quitarme los vicios que había adquirido el año anterior. Lo más importante fue utilizar pinceles más grandes, bueno más que pinceles, brochas. Me parecía imposible que se pudieran pintar detalles pequeños con semejantes herramientas.
Lo siguiente, aprender el punto de humedad en el papel para que los pigmentos trabajasen y fue sorprendente. Todas las acuarelas están realizadas con materiales de Sennelier.
El estilo no tiene nada que ver con lo anterior pero creo que merece la pena. A mi me gusta mucho.
Aquí tenéis un avance



Esto parece fácil pero no lo es! Sigo trabajando y de vez en cuando sale algo con lo que, más o menos, estoy contenta.
Os lo presento